ESTAMOS AHÍ
CUANDO NOS
NECESITAS
​
Rincón de Padres
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Generan una sensación de protección y seguridad en los niños: les ayuda a sentirse seguros y a tener más confianza en sí mismos.
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Estimula la autoestima de los niños: transmiten afecto y apoyo, por lo que el niño se sentirá más seguro de sí mismo y tendrá mayor autoestima.
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Niños más felices: los abrazos activan las endorfinas, responsables de aumentar la sensación de alegría y plenitud y disminuir la de ansiedad o tristeza.
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Aporta calma: los niños sienten más tranquilidad y quietud cuando sus padres les toman entre sus brazos.
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Fortalece el vínculo: mejora la unión entre padres e hijos y fomenta el apego en la familia.
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Reduce el estrés: el contacto físico reduce la producción de una hormona, cortisol, que favorece el estrés, y aumenta las hormonas encargadas de producir sensaciones de bienestar.
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Mejora el estado de ánimo: si el niño se siente triste o decaído, un buen abrazo le aportará apoyo, comprensión y le reconfortará.